No puedo zafar.
4 marzo, 2022
El periodismo es el otro
Por Gabriela Baigorrí
Aunque suene a un slogan kirchnerista, es una definición que personalmente me suena muy adecuada ¿Por qué? Porque los grandes maestros de la profesión machacan una y otra vez a los estudiantes que los periodistas no somos los protagonistas de nada. Nunca. El porqué de nuestro trabajo es nuestra audiencia, es el ciudadano, es ese otro.
Por supuesto que el periodismo es vocación, es pasión y es dedicación, es una profesión que cala hasta los huesos. El periodista siente las cosquillas y la adrenalina del último momento o de una información picante. Si no las siente, está en problemas y probablemente no disfrute del desarrollo de la tarea y sea un mero trámite.
El español Miguel Ángel Bastenier postulaba que el periodista debía ser casi un ectoplasma, un observador invisible. Un concepto difícil en un ambiente donde, en general, los egos son demasiado grandes y el amor por la práctica periodística, tan corto.
El periodismo es el otro porque es servicio, porque tiene que ser útil, dar respuestas sobre los dilemas sociales y sobre la realidad. O al menos, ofrecerlas y que la audiencia compare y decida si son las que les apetece ¡Porque para eso sobran las opciones y las plataformas! La información requiere ser interpretada, masticada y contextualizada ¿Hay una manera de hacer bien el trabajo? Hay varias. La más simple y recomendada: recurrir a todas las fuentes posibles; cotejar los datos siempre; nunca estar conforme; preguntar y dudar y buscar la manera más sencilla de transmitir. Ese último punto es clave, escribir o hablar pensando en el otro. Porque ese es el periodismo.
